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Reflexiones

La morriña y los expatriados

El otro día mi amigo German estudiante y residente en Tokio desde hace bastantes años subió este vídeo que pongo arriba. Si no lo habéis visto dejad de leer esto y vedlo, solo son unos minutos rápidos.

Vale, ya estáis de vuelta. El caso es que me gustó y me emocionó de alguna forma, así que lo compartí con mi familia en nuestro grupo de Whatsapp. Entonces mi primo dijo que le parecía ñoño y exagerado. Estoy de acuerdo en que es un vídeo ñoño, que busca tocar la fibra sensible. No es más que algo parecido a las últimas campañas que tan de moda están, que si la campaña de lotería o los anuncios de Campofrio. Pero en este caso me llega mucho más, nada más y nada menos porque soy el target ideal, soy un expatriado que vuelve a casa por Navidad. Y aquí es donde llega la gracia del asunto, resulta que mi primo también es expatriado que lleva la tira de años viviendo en el Reino Unido.

La discusión entonces derivó hacia que no es misma la nostalgia y morriña que puedas sentir viviendo en un país que esta a un par de horas de avión y un número de euros de precio que normalmente puede comprarse con dos cifras. Si vives en Japón la distancia se multiplica casi por 10 y los precios siempre se mueven en las tres cifras, si no en las cuatro. Entonces pasé a contarle cuales eran las diferencias que yo veía en comparación a cuando vivía en Dublín, que es una situación de alguna forma bastante similar a la que vive el ahora. Con esto quiero daros mi opinión del asunto, no es que crea que tenga la verdad absoluta ni mucho menos. Lo que quiero es conocer vuestra opinión sobre mi opinión. Y es que se que hay muchos lectores de este blog que sois o habéis sido expatriados en distintos lugares del planeta.

Sin más miramientos, paso a relataros las que son para mis las principales diferencias entre ser expatriado en un país que esta cerca de nuestra casa y estar en la otra punta del mundo. Para mi la clave de todo esta en como de aislados estéis de vuestro mundo, o el que era vuestro mundo antes, así que muchos puntos irán en sintonía con este pensamiento.

  • No es lo mismo tener tu casa a 2 horas de vuelo o a 16 (en el mejor de los casos) o que el billete cueste 100 euros o 1000 euros. Esto hace que cuando vayas tengas que hacerlo por periodos de tiempo más largos de tiempo y por lo tanto siendo realistas ha de ser un año con ocasiones muy especiales para que puedas volver más de una vez en un año.
  • Relacionado con la distancia esta el hecho de que no puedas volver en caso de que algo grave o importante pase. Los casos más sonados son los casos en los que te gustaría estar de emergencia ya sea por fallecimientos o nacimientos, tener a alguien muy querido en una situación delicada por un accidente o una complicación de salud. También hay otros casos en los que hay un cumpleaños especial, tu tio o tia cumplen 50 años o se casa un buen amigo. Por mucho que te gustaría estar a su lado, la realidad es que seguramente no puedas acercarte.
  • La diferencia horaria. Este punto parece totalmente trivial, pero no lo es PARA NADA. Si vives en una zona horaria igual o con solo una o dos horas de diferencia es mucho más fácil encontrar momentos para hablar con los tuyos. Cuando tienes 8 horas de diferencia estaréis en momentos totalmente distintos del día o de la noche y muchas veces no podrá ser posible hablar. En ocasiones porque unos están en el trabajo cuando otros no y otros duermen cuando unos están despiertos, en fin un cacao. Y cuando conseguís encontrar un momento para hablar estáis uno desayunando y otro cenando, los ánimos son muy distintos en cada caso.
  • El tiempo que estés y que tengas pensado estar en un sitio. Se trata de una moneda de dos caras esta. Por un lado cuanto mas tiempo vives fuera más te acostumbras, pero al mismo tiempo es como si la nostalgia se acumulase y solo se notase de tiempo en tiempo. Cuanto más tiempo pasas fuera más tiempo pasa entre ataque y ataque de nostalgia, pero cuando vienen son mas agudos. Pero esto último puede ser algo solo mío. Si bien cuando vas a un sitio con la idea de estudiar un año o de trabajar por un periodo de tiempo, aunque sea un periodo largo como 4 años, sabes que en algún momento volverás. Pero yo personalmente llevo 6 años y siempre digo que he venido aquí por un tiempo indefinido, es decir que que lo mismo me vuelvo el mes que viene que me vuelvo para la jubilación que no vuelvo nunca. Lo cierto es que a día de hoy el lugar al que llamo casa esta en Japón.

Y estas son mis reflexiones sobre este tema, seguro que me este dejando cosas en el tintero. Pero por favor comentad aquí, que he quitado disqus que alguno os quejabais y os debería resultar muy fácil hacerlo. Decidme cuales son las cosas que para vosotros condicionan la morriña y si es la distancia un factor que cambie como se siente uno hacia ella.

Los puntos de partida

Los caminos de la vida

Era una tarde de verano, mis amigos de los scouts de toda la vida y yo nos habíamos juntado como tantas otras tardes de Agosto para pasarlas en donde más agusto se estaba en esas fechas en un terracita mientras nos echábamos unas cervecitas y unas risas. Ese día se nos acerco una persona de corta estatura que no supimos reconocer a primera vista pero que el si que nos supo reconocer a mi amigo Sebas y a mi. Tras el shock inicial nos dimos cuenta era D.A.

D.A. era un compañero del colegio al que me cambié al empezar quinto de EGB, resulto que el ya había repetido dos veces y claro en esos años la diferencia entre tener 10 años o 12 era bastante grande. En los siguientes años el se fue convirtiendo en un adulto que aun estaba rodeado de niños, cuando teníamos 14 años, el ya tenía 16 años y dejaba la edad del pavo para meterse en la vorágine que era la adolescencia. D.A. era un chico mucho mas musculado que nosotros y claramente en una etapa de la vida distinta a la nuestra pero atrapado en un grupo de pre-pubers. Además todos sabíamos que su situación en casa no era la mejor, no sabíamos los detalles, pero sabíamos que nuestro mundo de la piruleta donde no teníamos problemas más allá que nos castigasen porque nos habían encontrado ese 3,5 que habíamos sacado en el examen de historia que nosotros habíamos escondido debajo de la cama. Estando yo en octavo de EGB, D. A. empezó a juntarse más con los alumnos de FP que eran mas mayores que nosotros y que el, pero mas cercanos a su edad. Ahí nos contaba como comenzó a fumar porros y como nos parecía que estuviera vendiendo su alma al diablo o cosas mucho peores. Un día en clase se tuvo que ir ya que una de estas inhalaciones le hicieron estar indispuesto.

Terminó octavo de EGB y cada uno siguió su camino, nosotros continuamos estudiando el bachillerato y D.A. desapareció para vivir su vida, quien sabe que sería de el, nunca terminó de encajar nadie fue a buscarle.

10 años después nos lo volvimos a encontrar, ya no parecía un chico grande, aunque lo cierto es que no había cambiado demasiado, quizá eso fue lo que nos hizo no reconocerle, 10 años después esperas que una persona de 16 años haya crecido. El estaba prácticamente igual, en lugar de ser mas alto que nosotros era bajito, tenía el mismo corte de pelo y solo cambiaba en el que tenía los ojos como mas saltones, la mirada mas perdida y parecía menos espabilado cuando hablaba.

Lo primero que nos dijo tras contarnos lo que se alegraba de vernos fue acababa de venir de Soto del Real. Para mi fue como si alguien me cuenta que viene de Becerril de la Sierra o de Jerez de la Frontera… ah pues genial por ti. Pero Sebas fue mas espabilado y le preguntó: “de la cárcel?”, y si, resultaba que de ahí venía. Nos contó como había tomado las decisiones incorrectas en la vida y había terminado trapicheando en el mundo de las drogas y robando un coche, pero sin que le pillasen. En un determinado momento decidido enderezar su vida, pero claro cuando saltas al margen de la sociedad es muy difícil volver a ella, ya que ésta te repele con fuerza. Por fin tuvo una oportunidad de hacer una entrevista de trabajo en Barcelona, era una oportunidad extraordinaria, no podía dejarla pasar, pero no tenía dinero para llegar a Barcelona. Nos contó con total naturalidad que claro que tuvo que robar un coche para poder llegar hasta la ciudad condal, la forma en la que contaba las cosas me hizo entender que en realidad había robado mas de los dos coches que nos contaba. Es irónico que tu camino de re-enderezar tu vida lo hagas a lomos de un coche robado, pero a el nunca le pareció entraño. Si maldecía su suerte porque a mitad de camino en un control rutinario o quizá por un exceso de velocidad le parasen y descubrieran que el coche era robado. No solo le pillaron por ese coche si no por el anterior y se paso unos meses a la sombra.

Nos contaba entonces como acababa de salir de la cárcel y lo que se alegraba de vernos, de como quería cambiar su circulo de amigos para reconducir su vida. Nos contaba que ahora su único amigo era un heroinómano que había conocido en la cárcel. Sin duda el encontrarnos debió ser como una señal divina, una mano que le echó una fuerza superior para salir de esta. Le dimos nuestro número de móvil y el se lo apunto en un papel, no tenía movil prometió llamarnos… pero nunca lo hizo. Hoy en día no tengo ni idea de saber que fue de el. A otros compañeros de clase puedo localizarlos por Facebook o LinkedIn y verles con sus hijos o visitando el Caribe en su luna de miel, también puedo ver sus trabajos rimbonbantes en sus cuentas de LinkedIn y a veces me pregunto que se esconde de verdad en sus vidas detrás de la fachada que nos construimos todos en las redes sociales. Pero D.A. es una persona sin huella digital, no se que ha sido de el, fue una persona que se aparto un poco del camino, y se coló por las rendijas de la sociedad y cayó en otro mundo, mundo del que pocos consigues salir escalando dejándose las uñas y la energía en ello. No puedo dejar de pensar de vez en cuando como dos personas con puntos de partida bastante similares llegan a sitios muy distintos y no puedo dejar de pensar como una simple ayuda en algún momento determinado pueda cambiar el curso de la vida de una persona para siempre.

No se que impacto haya tenido yo en la vida de D.A. probablemente poco o nada, pero a mi el si me afecto en mi vida, procuro exprimir lo máximo de mi punto de partida y ayudar en la medida de lo posible a quien veo a mi alrededor para que también pueda exprimir su punto de partida.

7 vidas como un Rayo

rayo

No es ningún secreto que me va costando cada vez más escribir por aquí, que el frenetísmo de mi vida me aleja de tener un rato en el que sentarme y escribir palabras, pensamientos y sentimientos aquí. Tampoco lo es que es de esta forma de la que mejor se expresarlos. Siempre que alguien cercano a mi nos ha dejado he querido escribir una entrada a forma de homenaje en parte y desahogo en otra.

Hoy un familiar nos ha dejado, no es un humano, pero estas criaturas no cabe duda de que se quieren con locura también. Se trataba del gato de mi hermana, de mi hermana y su novio César aunque todos le quisimos como si fuera nuestro.

Y como esto no es otra cosa como os decía que un homenaje, pasaré a cantaros la vida y obra de este granujilla que tan buenos momentos nos hizo pasar.

Mi hermana y yo en nuestra tierna infancia recibimos en el hogar una gata siamesa muy bonita ella. Recuerdo perfectamente y de forma muy vívida como para decidir su nombre mi tía MariAngeles nos estuvo leyendo nombres de un libro de nombres para gato. Iba diciendo nombres en voz alta, algunos le gustaban a mi hermana y otros a mi, pero nunca a los dos. Fue necesario leer todos los nombres de la A hasta llegar a la T, que dijo «Tesalia» y dijimos mi hermana y yo al unísono SI. Mi tía con cara de asombro por tan nada usual nombre no pudo hacer otra cosa que aceptarlo. Y es así como pasamos a tener en nuestra casa a una gata llamada Tesalia a la que yo lanzaba contra el techo por lo que solía huir cada vez que me veía doblar la esquina.

Tesalia tenía la nada segura costumbre de saltar de balcón en balcón en nuestra casa (sexto piso) para así poder colarse en la cama de mis padres. Un día de estos una vecina tocó a nuestra puerto con la gata en brazos, la había recogido de la calle… buen piñazo se tio y nada serio se hizo, sin duda ahí perdió una o dos vidas al menos. No fue la muerte lo que nos separo de esta gata, si no los pelos. Mi madre harta de ellos decidió dársela en adopción a unos amigos. Lo curioso es que nunca nos dijo a quien ni donde estaba, ni volvimos a verla ni de visita. A fecha de hoy mi madre nunca me ha reconocido otra cosa, pero yo temo que quizá tuviese alguna suerte algo mas desafortunada… De cualquier forma, sinceramente no quiero saberlo.

Y así empezó nuestra sequía gatil. Mi hermana y yo seguíamos amando con locura a los gatos, pero al problema de los pelos se unió que mi padre desarrollo una fuerte alergia a estos, hasta el punto de que si venia alguien con gato (sin el gato) el podía notarlo. En ese momento pensé que al menos hasta la emancipación se acabaron los gatos para nosotros.

Pero antes de abandonar el hogar mi familia propuso que un gato haría buena compañía a mi abuela. Mi hermana rauda y veloz se las ingenio para hacerse con uno y llevarlo a casa de mi abuela. Así es como Rayo apareció en nuestras vidas. Rayo era el gato de mi abuela, pero desde el primer día fue mi hermana la que siempre le cuido y quien le llevo a los veterinarios y limpiaba sus cacas y demás cosas que se hacen con los gatos. De esta forma mi hermana pasó a tener un gato en diferido.

Con el tiempo Rayo no podía quedarse en casa de mi abuela y paso a ser ya oficialmente el gato de mi hermana, Rayo vivió en su nuevo hogar felizmente. Pero, que tipo de gato era Rayo. De los perros siempre se dice que son muy fieles, muy nobles, el mejor amigo del hombre y demás. Los gatos si suelen tener algo en común muchas veces es que son bastante hijos de puta. Y eso es algo que a mi personalmente me encanta de ellos. Para mi los gatos siempre como estos super-villanos de los dibujos animados, que son malvados hasta la medula, pero a la vez adorables y que aunque intentan hacer el mal nadie les toma en serio y se creen que estan jugando. Una especie de Stewies en Padre de Familia. Los gatos ademas van a su bola y están todos como una maldita regadera. Por todas estas razones, yo amo a los gatos jeje. Y bueno porque por mucho que digan, los gatos también tienen vínculos con sus amos que aunque no serán tan obvios como los perros os puedo asegurar que están ahí.

Siempre que pienso en Rayo recuerdo sus ansias de venganza. Si le hacías algo se las pagarías, no te ibas a ir de rositas, la venganza es un plato que se sirve frío. Un típico ejemplo es que le eches de su sitio en el sofa para sentarte. De primeras no se quejará mas que con un maullido y se irá, no presentará resistencia. Pero ay amigo, la cosa no acaba ahí. Después quizá te aceche desde debajo del sofá soltándote un bocado en el tobillo o cuando estés saliendo por la puerta cruzara el salón corriendo con un perfil bajo para saltar sobre tu pierna y luego huir a esconderse entre las sombras. Eso si, una vez cobrada su venganza el karma gatuno volvía a restablecerse y volvía a no tener problemas.

Rayo fue un gato feliz que además hizo felices a todos los amos y regazos en los se acurrucó, siempre fue querido con locura y nunca será olvidado y es que vivió sus siete vidas a toda pastilla, como un Rayo. DEP amigo.

Mis pensamientos ahora mismo están por supuesto fundamentalmente con mi hermana y con su novio que no puedo ni imaginarme lo dolidos que deben de estar, todos los ánimos que me queráis mandar redirigidlos para ellos 🙂

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La marca España

Desde hace un tiempo se esta haciendo un esfuerzo por hacer llegar allá donde se pueda la marca España. Esto me parece algo muy positivo y necesario, soy un firme defensor del producto español, creo que se producen productos muy buenos, sobre todo desde el punto de vista gastronómico y que tenemos una oferta turística realmente buena. No obstante aun es mucho mas conocido el aceite de oliva de Italia que el español aun cuando mucho de este aceite esta producido en España, los quesos de Francia se llevan la palma (creo que son mejores, pero el queso español no tiene nada de malo) y es difícil encontrar vinos españoles que no sean barateros al menos en Japón.

Todos somos embajadores

En Japón cuando tienes un problema con una empresa el trabajador al que le haces participe de este problema de inmediato se disculpará. Tiene la culpa del problema esa persona? Pues seguramente no, pero el es la cara visible de la empresa con la que te estas comunicando y en su nombre ella se disculpa.

De la misma forma todos somos embajadores de nuestros países. Y más cuando estamos en el extranjero que somos embajadores a tiempo completo. Cuando estamos realizando comportamientos incorrectos en lugares o situaciones incorrectas estamos mostrando como alguien de ese país esta haciendo ese error y nos guste os no se tenderá a generalizar ese acto a un país. Incorrecto? Pues en algunos casos si, las generalizaciones nunca son ciertas en un 100% de los casos, pero si suelen serlas en general 😉

Se que a mi como extranjero en un país con costumbres muy distintas al mío se me dejan pasar muchas cosas por alto ya que se da por hecho que no tengo el mismo conocimiento de la cultura local, que eso, que un local. Pero esto tiene dos caras y es que hay quien pueda pensar que la persona de ese país no se preocupa lo más mínimo por actuar correctamente en otras culturas.

Un ejemplo de esto podríamos verlos en el asunto de hablar por teléfono dentro del transporte público. Cuando llegué me parecía sorprendente e incluso excesivo lo en serio que los nipones se tomaban esta norma, pero trate de cumplirla a rajatabla. En los casi 5 años que llevo vagando por este país he podido encontrarme con gente que se la salta a la torera, no muchos, pero tristemente cada vez más. Cuando veo a un japonés que lo hace simplemente pienso que es un maleducado ya que por descontado sabe que lo que esta haciendo es incorrecto y me parece un auténtico capullo. Cuando es un extranjero el que lo hace pienso que o bien es un desconsiderado que además no esta vendiendo bien su país, ya que esta invitando a que la gente generalice de éste. Y como los japoneses además tienden a no distinguir entre extranjeros, esta dando simplemente mala fama a los extranjeros.

Los pequeños gestos

Son nuestros pequeños gestos, el trato que damos a la gente en el día a día lo que más nos define, más que acciones grandilocuentes puntuales. Se puede hacer todo el esfuerzo global como nación que se quiera que si al entrar o salir del país te atiende una persona totalmente maleducada tendrás una fuerte impresión de que la gente es así.

Una de las cosas en las que suele coincidir la gente que viene a Japón es que la gente de aquí es muy amable, respetuosa y considerada. En España hay gente muy amable, pero también hay mucha gente asqueada de la vida que te atiende con gruñidos, te lanza el dinero de las vueltas sobre la barra o coloca las sillas de la terraza donde te sientas a patadas. Y creedme estos gestos, se notan.

La semana pasada fui de viaje express a Madrid, al salir un funcionario reviso mi pasaporte, comprobó que todo estaba en orden tanto para salir como para mi futura reentrada en el país. Me dio los buenos días al verme y me despidió, hizo su trabajo correctamente, no fue excesivamente simpático, pero fue correcto en el trato y me dio la impresión de que comprobó todo lo que tenía que comprobar. A mi vuelta tuve que hacer el mismo proceso pero en España, un policía nacional fue el encargado de comprobar mi pasaporte. Al acercarme a la ventanilla le di los buenos días y el no se digno a mirarme a la cara ni a devolverme el saludo, hecho un vistazo a mi pasaporte con desgana mientras seguía charlando con su compañero de al lado y tras un par de segundos arrojo sobre el mostrador mi pasaporte, le di las gracias y le despedí, su respuesta fue la misma impasividad con la que fui recibido. Sentí que el tipo no se había tomado la molestia de comprobar bien nada (no me había mirado a la cara, como podía saber que era yo) y además me pareció totalmente desagradable. Al salir del aeropuerto horas después en el control de equipajes un japonés tras mirar mi pasaporte me decía mientras me dejaba salir, anda Madrid… que guay.

Si tengo que comprar algo después de este viaje, compro la marca España.

Estoy seguro de que muchos tenéis miles de historias parecidas a esta y me encantará leerlas en los comentarios. Por favor no creáis que estoy cayendo en mitificar Japón y decir que es el país perfecto y que en España todo es malo, para nada, no todo es blanco o negro, sencillamente creo que en algunas cosas tenemos muchísimo que aprender.

Volviendo a casa?

balcon

Hace unos días estaba volviendo de unas placenteras vacaciones, yo y mi enrojecida piel nos montábamos en el avión con una sonrisa de oreja a oreja recordando la semana de ensueño que habíamos vivido en una isla de la Micronesia entre aguas cristalinas. Mientras pasaba entre las butacas del avión instintivamente y sin pensarlo iba saludando a las azafatas, una muy sonriente me dijo «heading back home?» o lo que es lo mismo «Volviendo a casa?», seguro que no esperaba mas que un «si» acompañado de una sonrisa, pero a cambio obtuvo un rato de una persona titubeante y un «No lo sé».

Esto me dio que pensar en el vuelo de cerca de 4 horas de vuelta a casa o a no se donde y bastante rato después aun sigo pensando en ello. España y más concreto Madrid siempre ha sido mi casa, cuando he ido fuera donde he vivido aunque solo fuera durante 3 días se ha convertido en mi casa temporal. Incluso cuando viví un año en Italia y otro en Irlanda sentía que tenía mi casa, pero a la vez sabía que a donde pertenecía era a Madrid, que todo era temporal.

Ahora mismo creo que tengo mas de mi vida en Japón que en España y rehacer mi vida en España y alcanzar el nivel de bienestar del que gozo ahora me costaría en España. Por supuesto siempre quedan ahí los amigos y sin duda la familia, quizá lo que más echas de menos cuando estas fuera (a parte del jamón y el poder tomar cañas a un euro claro, jeje). Al margen de estas cosas, siento que actualmente pertenezco más a esta isla que a la otra península, pero a su vez mi corazón es y siempre será español (no le busquéis tintes políticos a esta frase por favor).

Tras 4 años viviendo en Japón me doy cuenta que por vez primera no tengo muy claro cual es ese sitio al que puedo llamar «home». Que sucederá en otros 4? No lo se! Pero estoy deseando vivirlos y comprobarlo!

Puntos de inflexión

La vida como muchas otras cosas es algo trepidante, esta lleno de subidas y bajadas, de comenzar algo y de terminar otra cosa. El que las cosas tengan principio y final es algo bueno en si mismo, doloroso pero bueno, en mi opinión. Algo sin fin perdería su sentido. Sucede que algunas veces desde lo mas alto nos damos cuenta de que estamos en el final y que empieza la bajada o al contrario que hemos bajado tanto que sabemos que nos toca subir. No siempre nos damos cuenta de ello, pero al menos yo cuando me he dado cuenta de estar en ese punto una bofetada me ha golpeado con tanta fuerza la cara que casi crees que va a tirarte al suelo.

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2012

Este año ha sido considerado por muchos como annus horribilis. La situación económica no es ni mucho menos la mejor y me llena de tristeza ver la situación a la que se ha llegado en mi país en España, donde veo una imposible solución a corto plazo y complicada a medio. De cualquier forma quiero hablados de mi 2012. Deje un 2011 que fue probablemente si no el peor, si el año más duro de mi vida. Conseguir una vida autosuficiente en Japón no fue un camino de rosas. En el 2011 vi como mi vida se tambaleaba y daba palos de ciego. Normalmente siempre he sido una persona estructurada que ha tenido claro cuales eran sus próximos pasos a seguir, el no tener ni idea de que sería de mi, me creaba mucha ansiedad.

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Conflicto entre cerebros

Todos tenemos una forma de pensar que viene determinada por muchos factores. Lo creamos o no uno de estos factores es la cultura de nuestro país o de nuestro entorno. Creo que en España somos muy dados en general a la improvisación y a la picaresca. Esto tiene aspectos muy positivos y es que en general he visto a personas que gracias a esta forma de pensar pueden ser muy flexibles en su forma de pensar y crear pensamientos alternativos muy interesantes. El problema es que creo que ademas no solemos ser muy perfeccionistas y tendemos a ser por conjunción de estos dos puntos chapuceros. Nos encantan las soluciones temporales que terminan siendo eternas.

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Las vueltas que da la vida

Hace no mucho que se cumplieron 8 años desde la primera vez que pisaba el territorio japones, yo con mis 22 añitos lo contaba aqui y lo reescribi adecentandolo y poniendo fotos un poco unos años despues aqui. Os voy a pegar la entrada original aqui para que podais echarla un ojo tal y como salio del tostaero:

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