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argentina

Pinguinos en manga corta

Viajabamos por Argentina, habiamos estado 3 dias sin movernos de la cama salvo para ir al baño, habiamos tenido que viajar toda la noche en una suerte de autobus-cama y destruimos el baño quimico a base de visitas funestas al baño. Llevabamos 3 dias sin comer, todo lo ingeniero habia sido convertido inmediatamente en algo mucho menos agradable… sobreviviamos a base de suero, nuestra mayor alegria que fuera de frutilla, es decir fresa.

Durante el tercer dia recuperamos un poco la energia, las justas para poder andar sin arrastrarnos excesivamente asi que decidimos continuar con el plan que teniamos de viaje. Nos subimos en el autocar en el que nos dieron la magnifica noticia de que con suerte todo nuestro equipaje estaba rumbo a Ushuaia, el fin del mundo… y con mala suerte nunca volveriamos a verlo, con suerte lo veriamos en un par de dias. Sin haber comido en 3 dias, enfermos, sin ropa y practicamente nada continuamos el viaje. Nos acompañaba la camara de fotos y un cepillo de dientes de milagro que es lo que teniamos en la mochila.

Tras viajar de nuevo toda la noche en el autobus pasamos del clima calido de Mendoza y sus alrededores a un clima en el que los pinguinos se sentian agusto, es decir calor no hacia. Ahi alquilamos el coche y no hicimos otra cosa que sonreir cuando la chica nos dijo que podiamos cargar nuestras mochilas en el y nosotros sonreimos y dijimos que eso era lo que teniamos mientras los cuatro nos metiamos arrastrando los pies con las manos en los bolsillos.

De ahi llegamos a reserva natural donde regateamos con el hombre para que nos dejase meter el coche. Su postura es que no se podia meter porque habia pinguinos, la nuestra que no teniamos energias para andar, la suya que 4 kilometros lo hacian hasta los ancianos. Al final en manga corta y tras ya el cuarto dia sin comer nos encaminamos hacia la costa a ver los pinguinos que chillaban como burros y echaban unas cagadas como gaviotas gordas.

Al volver le pedimos a una amable señora de un area de servicio que nos preparase una comida apta para culo finos como eramos. Estabamos hartos de no comer y aunque el sufrimiento de transformar comida en mierda era terrible, queriamos intentarlo… Nos trajo un arroz hervido blanco y una loncha gordota de jamon cocido, nos supo a gloria benditisisima. A los pocos minutos Ferchu dijo… uyy… tengo que ir al baño, el panico se hizo presa de nosotros.

A los pocos minutos Ferchu entro por la puerta del area de servicio ya que el servicio estaba fuera y ante la sorpresa de todos los presentes, mas o menos una decena de personas, alzo los brazos al cielo y chillo a pleno pulmon, VICTORDIA. No se cuantos entenderian el sutil juego de palabras de tordo y victoria, probablemente nadie, pero nosotros saltamos de alegria y nos abrazamos. Tras el todos pasamos por ese placentero momento. Atras quedo la visita a un hospital donde mas terror he pasado en mi vida y otra serie de vivencias que me guardo por vuestro bien. Al llegar despues de nuestra excursion de un par de dias por Peninsula Valdes, tras ver elefantes marinos y ballenas y aun con la misma ropa y en manga corta recibimos en estacion nuestro equipaje, solo faltaban unas gafas de sol, ni tan mal.

Leyendo todo esto podriais pensar que vaya infierno de viaje pero os contare que esto tan solo fue una infima parte del viaje y que no cambiaria ni un segundo de este, ni siquiera estos momentos y es que en practicamente todos los momentos que he contado aqui, bueno menos cuando estabamos sufriendo sentados en el baño, teniamos una inmensa sonrisa en la cara. Y es que sin duda ese fue el mejor viaje de mi vida y cada vez que lo recuerdo una sonrisa se vuelve a dibujar en mi cara… Con buena compañia y espiritu hasta los momentos dificiles son geniales.

Gracias Ferchu, gracias Sebas, gracias Guille.

Un tío con suerte

Debo ser un tio con suerte, mucha gente me lo dice. Me lo decían allá por los 18 años cuando comencé a echarme la mochila al hombro y escaparme con vuelos de bajo coste a recorrer Europa, cuando poca gente de mi edad se animaba a hacerlo. Cambie las vacaciones en el pueblo por un inter-rail por Europa o una ruta con easy-jet por el Reino Unido. Después viví en Italia, Irlanda y ahora en Japón. Durante este tiempo cuando le cuentas esto a la gente muchas veces la reacción suele ser, que cabrón, que suerte tienes. En éste mismo blog mucha gente me lo dice en repetidas ocasiones.

Y yo así lo creía, soy un tipo con suerte, wow! Hasta que viaje a Argentina (vaya suerte no?!), un mes de viaje de ensueño que se convirtió en mi mejor viaje hasta la fecha, no solo por el sitio, si no por las circunstancias y sobre todo la compañía. En ese viaje nos perdimos por las profundidades de Argentina, esos lugares donde los turistas habituales, esos que van para un viaje de 1-2 semanas y que se limitan a Buenos Aires y el Perito Moreno no ven. En esos momento perdidos conocíamos a muchos mochileros auténticos, de los que se dedicaban a recorrer mundo como hizo Ignacio Izquierdo. Y uno de estos fue un tipo, vasco si mal no recuerdo, que me recordaba a mi amigo de la infancia Jaime, tanto en la cara como en los gestos, como en la forma de hablar. Fue compañero de viaje nuestro durante unos cuantos kilometros de subida hacia uno de los glaciares perdidos en la montaña. En una de las paradas nos contó que era un comercial exitoso en España hasta que se dio cuentaquee tal espiral de exito y dinero no le llevaba a ningún sitio. Necesitaba parar un poco, recapacitar y reconducir su vida. De esta forma se fue con su mochila y cuatro cosas al hombro a recorrer el mundo en un viaje de 6 meses. Un viaje de 6 meses de los que ya llevaba vividos 9. Si la cosa se estaba alargando bastante y solo llevaba el continente de América, su siguiente salto sería a África.

Ante esto y nosotros embriagados por el aroma y la libertad del viaje no podíamos si no sentir una profunda envidia y por tanto decirle, jue que suerte tienes tio, nosotros solo viajaremos para un mes ya nos gustaría continuar la aventura. Cambio algo su alegre semblante para contarnos algo, una lección de la vida que siempre recordaré. Nos dijo: «No tengo suerte, no me ha tocado la lotería ni nada por el estilo, esto simplemente ha sido una decisión en mi vida. Si crees que tengo suerte y que es mejor que lo que tu tienes, haz lo mismo.» Tras un par de minutos más el se cansó de descansar y emprendió la subida, nosotros nos quedamos con sus palabras retumbando entre nuestras cabezas y la inmensidad de las montañas.

Las palabras siguen retumbando ahora igual que entonces, ahora entre rascacielos de Shinjuku, marabuntas de asiáticos o templos entre bosques milenarios. Esas palabras me repiten una y otra vez que no es suerte lo que tengo, simplemente en cierto momento de mi vida decidí vivirla así. Ignacio Izquierdo llego hace nada a Madrid, su ciudad tras 533 de viaje de «Vuelta al mundo». Aquí os recomiento encarecidamente que antes de seguir leyendo lo que yo pongo os leáis todos su post en el que cuenta su vuelta tras 533 días: Ignacio Izquierdo, de vuelta

Bien, un genial post no? Pero me quedo con una de palabras suyas:

Ahora los recuerdos se apelotonan, como si hubiera estado muchas veces de viaje, sin darme cuenta de que ha sido uno solo. Hace un año y medio que me fui de aquí, sacrificando muchas cosas. Muchos momentos importantes en mi vida cercana en los que no he podido estar, que no he podido compartir con la gente que me importa.

No se puede tener todo y por lo tanto no me arrepiento. Fue una decisión consciente. Sé que soy un privilegiado simplemente por haber tenido si quiera la posibilidad de plantearme hacer algo así. Para mucha gente no es solo impensable, es también imposible. Cada situación tiene sus ventajas y sus inconvenientes, ninguna situación es completamente ideal. Al igual que en un día a día rutinario pasar tanto tiempo de viaje tiene sus días fantásticos y emocionantes, pero también sus días aburridos, horribles y en los que nada te sale bien.

No se puede tener todo, se elige y has de estar contento con tus decisiones, sabiendo que al decidir una cosa desecharas todas las otras y dejarás muchas cosas atrás. Yo hoy por hoy soy feliz en Japón estoy donde quería estar. Sacrifico la comodidad que tenía en España, el no tener problemas con el idioma, la cultura, el trabajo, etc. sobre todo sacrifico los momentos cercanos como los llama Ignacio, el poder estar con mi familia, con mis amigos. Pero hoy por hoy he decidido esto. Los sacrificios no empezaron aquí, comenzaron cuando decidí venirme a Japón, hace ya 5 años. Sacrifiqué el poder tener todas las cosas que podría tener, mis amigos se compraban enormes televisiones de plasma y vivían en buenas casas. Mientras yo lo hacía en una casa de menos de 30 metros cuadrados y con la pantalla de mi ordenador. Y aún con todo más feliz que una perdiz porque tenía un objetivo.

Ahora cuando la gente me dice que que suerte tengo de estar aquí me suena un poco a insulto. Recuerdo los 4 años de ahorro, el año y pico de estar lejos de mi familia y amigos, los esfuerzos para aprender idioma y cultura… He pagado un alto precio por estar aquí, un precio que cualquier que quiera venir de verdad puede hacerlo, pero claro quizá a tan alto precio no queramos pagarlo. Entonces quizá no fuera la suerte lo que me trajo hasta aquí, si no la ilusión y las ganas.

Eso si, reconozco que si tengo suerte, en realidad mucha. De haber nacido en el primer mundo, de haber nacido en ésta epoca y no hace 50 o 60 años y demás cosas. Acepto de buen grado que mi abuela me diga que que suerte tengo, que me lo diga uno de los indígenas que conocí por el Norte de Argentina que se moría de envidia porque visitaríamos el sur de su país que el nunca podría permitírselo… Pero no acepto que me lo diga un compañero de universidad o un vecino de mi edificio 😉

Vida y obra de un pasaporte 2004 – 2009

pasaporte

La semana pasada fui a renovar mi pasaporte y al ir a echarme la mano al bolsillo para pagar los eurillos pertinentes me encontré con esta carta manuscrita, os la transcribo:

Querido Rodrigo:

Soy tu pasaporte, juntos hemos pasado buenos momentos y me gustaría rememorarlos antes de que acabe mi ciclo de vida de 5 años, encantó disfrutar de este tiempo viajando contigo. Sin más te cuento las cosas conforme a yo las recuerdo:

Cuando nací hacía mucho calor, era Madrid en Agosto, me necesitabas para hacer un viaje por Japón, todavía recuerdo tu ilusión por este viaje. Me contaste que estuviste ahorrando durante un año todo tu dinero e incluso fuiste durante un mes a clases de japonés para poder defenderte mejor. La primera vez que me utilizaste fue para comprar el billete del Japan Rail Pass, si ese billete con el cual podías coger durante una semana todos los trenes en Japón. En Septiembre recuerdo perfectamente que me mirabas mucho y un día me metiste en un bolsillo y no dejabas de sacarme de vez en comprobando que no hubiera saltado de tu bolsillo. Tras unas cuantas horas de nervios dentro de un agobiante avión donde hicimos lo posible por hacer pasar el tiempo lo más rápido posible.

Una vez en Tokyo con un poco de nervios perdi la virginidad, sin muchas preguntas me pusieron una pegatina con un código y me graparon un papel a modo de piercing, que desilusión me esperaba un sello de tinta. Luego decidiste que para que no me perdiera era mejor no andar paseando conmigo por ahí, así que me dejaste en la maleta, en casa. Mal hecho porque ese día tuviste que dar explicaciones a un policía. Con más tristeza volvimos para España.

Allí me dejaste aparcado un tiempo, es verdad que me llevabas a tus viajes por Italia, Alemania, Reino Unido… pero siempre era un segundo plato, siempre tenías al señor DNI más pequeño y manejable, maldito… Pero al cabo del tiempo llego mi momento, un viaje donde el no podía llevarte, a Sudamérica!

De momento volvieron los nervios, el comprobarme que estaba todo en regla y demás. Una noche me chaste en el bolsillo y salimos para el aeropuerto con destino a Buenos Aires, tras una noche de más debido al overbooking y con 600 euros más gracias a la indemnización fuimos para allá, esta vez con menos nervios y es que la experiencia es un grado. Nos preguntaron mucho menos al llegar a Buenos Aires, casi automáticamente nos pusieron un sello, si, por fin! un sello de tinta! A partir de aquí comenzó un periplo por todo Argentina donde siempre me llevabas muy cerca, era uno de tus bienes más preciados. Al día siguiente me llevastéis a Iguazú, donde me necesitasteis para cruzar al lado Brasileiro, fue rápido pero muy bonito, ¿verdad?. Tras un par de semanas o así recorriendo por tierra Argentina llegamos a la frontera con Chile. Allí te revisaron tu mochila y no tenías nada sospechoso, no así tu primo que tenía algo ilegal… una manzana! Tras pagar la consiguiente multa con la cual hubieráis cenado los tres y con el sello ya puesto en mi, continuamos el viaje con 1 hora de retraso por el incidente.

Luego me llevastéis a la montaña a caminar por ahí en busqueda de los glaciares. Aun recuerdo cuando me olvidaste dentro de unos pantalones fuera de la tienda, se tiro toda la noche lloviendo y con un viento infernal. Por suerte pude agarrarme fuerte y no volarme, pero estaba totalmente calado. Tras todo el día secándome consegui un estado aceptable, de hecho mucho mejor de lo que podría esperarse. Después volvimos a Argentina para ir a la Isla de Fuego, Usuaia, wow! aquello fue increíble. Allí me volviste a necesitar para coger un vuelo a Buenos Aires y a los dos días volver a España.

Después de esto me volviste a tener de segundo plato, hiciste muchos vuelos entre Dublín y Madrid pero solo era un acompañante de seguridad, de nuevo el DNI fue tu amigo. Por eso decidí huir, no soportaba la idea de que me quedaban menos de 3 meses de vida y por tanto era inservible, decidí escabullirme entre tus cosas de la mudanza, me encontrarás algún día tras un tiempo, un cadaver perfectamente conservado al que mirarás con cariño.

Mi nuevo sustituto parece que tendrá mucho trabajo, esta semana a Turquía y en Septiembre para Japón, parece que dentro de 5 años el también tendrá muchas que contar, una lástima no poder estar aquí para vivirlas contigo. Fue genial pasar estos años contigo Rodrigo, no me olvides, yo siempre fui y seré tu primer Pasaporte.

Un abrazo.

Wow, me ha dejado de piedra 😉