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junio 2011

Las vueltas que da la vida…

No recuerdo hace cuanto de esto, per hace mucho yo aún estudiaba el ciclo formativo probablemente, recuerdo que estábamos todos en el salón viendo la tele, probablemente medio adormilados cuando mi padre entró con el poco silencio que le caracteriza a el. Un par de sonoros saludos al entrar por la puerta, un susurro que nadie es capaz de hacerlo con tanto volumen como los que produce mi padre mientras dice: «Ah… estais dormidos…», luego agarrarle el dedo gordo del pie que salé del sofa a mi hermana o algo así, en pocos segundos el troll de las cavernas que es mi madre al despertar de la siesta en pie y ya se arma la de dios es Cristo… Total seguramente después de una de estas mi padre nos contaba entre risas una anecdota que le había sucedido en su trabajo, en un hospital. Mi padre tiene miles de anecdotas, unas muy divertidas, y otras no tanto 😉 Esta era una de las divertidas, por eso la recuerdo, bueno por eso y porque… bueno ya veréis porque 😉

Mi padre entre risas nos contaba que habían venido unos japoneses de no se que laboratorio a contarles vete a saber que historia. El caso es que cuando ya se iban el hombrecillo este se dejaba algo y mi padre debía alertarle pero ya estaba entrando en el ascensor y no le iba a dar tiempo a interceptarle antes de que las puertas se cerrasen. En esos momentos de la vida de mi padre un japonés tenía para el la misma familiaridad más o menos que un marciano, a ambos los veía en la tele, pero a ninguno los veía en la realidad. Mi padre tenía que llamar la atención del hombrecillo pero no sabía como, su inglés no es que sea algo muy digno de mención y a saber como era el del japonés, los esfuerzos de mi padre estaban centrados en soltar alguna palabra en japonés.

Si esto pasase en la actualidad estoy seguro de que a cualquier nos vendría algo a la cabeza desde un «sushi», «sayonara (baby)» o «tenpura» que se yo, quien más quien menos se sabe alguna palabra en japonés, incluso la tristemente célebre ultimamente: «tsunami», pero no, eran otros tiempos hace unos 10 años y mi padre no tenía ni la más mínima de las ideas de japonés y lo único que pudo decir es: «TERUMO».

Hoy al llegar a casa me he encontrado una cosa encima de la barra de la cocina:

Resulta que mi novia que anda algo fastidiada de la garganta se tomó la temperatura con este tan común termometro aquí, de la marca termómetro, que como bien me explico mi padre en su día es una marca de productos de hospital de origen japones y por aquel entonces la única palabra que mi padre conocía en ese idioma.

Todo esto me hizo reflexionar, que cuando mi padre me contaba esa historia y todos nos moriamos de la risa ninguno (y menos yo mismo) podríamos imaginar que 10 años después yo estaría contando esta historia sentado desde mi casa de Tokyo, ciudad en la que llevo viviendo cerca ya de 2 años… De verdad que las vueltas que da la vida pueden llegar a ser realmente alucinantes 🙂

Haken no hinkaku

Hasta ahora en este blog he hablado de dos doramas (actores reales creadas en Japón), ambos muy divertidos y recomendables:

Densha Otoko (El chico del tren)
My boss my hero (Mi jefe, mi heroe)

Las series en general me encantan y las japonesas en particular casi más. Voy a hablar en la medida de lo posible de los doramas que me vayan gustando, siempre que pueda la temática normalmente será de un corte parecido. Las series que me gustan son las costumbristas o las que tienen un punto de costumbrismo, es decir, que muestran escenas de la sociedad cotidiana. Un pequeño inciso aquí, esta claro que las situaciones en las series estan totalmente exageradas y por tanto un poco distorsionadas. Un ejemplo que nos pilla de cerca, la serie «La que se avecina» en la que se habla de una comunidad de vecinos, claramente son situaciones no reales; pero muestra bastantes aspectos de la sociedad y la vida española que seguro que a un japonés le llamaría la atención. Y dicho esto una pequeña reseña desde el punto de vista de lo que podemos aprender de este dorama.

Bien, partamos del título: «ハケンの品格» que se lee como pone en el título del post, Haken no hinkaku. Que vendría a querer decir «la dignidad del haken». Y ahora vamos a comprender el significado de la palabra haken que es el quid de la cuestión.

En Japón, hasta hace no muchos años, era muy habitual que un japonesito de a pie terminase de estudiar la carrera, entrase a trabajar para una empresa y fuera en esa misma empresa donde terminase jubilándose 40 años después. Tras una crisis después de una gran burbuja inmobiliaria (muy parecida a la situación actual de España), las empresas, ya no tan boyantes, tienen que comenzar a echar a trabajadores o externalizar algunos puestos de la plantilla. Casi de la noche a la mañana, la empresa japonesa deja de ser esa familia que acompaña a una persona de por vida. Y la sociedad japonesa, que tan unida esta al trabajo, comienza por tanto a tambalearse desde sus cimientos.

En esta situación surge el concepto de haken, que es algo parecido al outsourcing en España, aunque a veces con tintes de empresa de trabajo temporal (ETT). Ahora hay empresas que se dedican a tener una bolsa de trabajadores y una base de datos de empresas y contactar las necesidades de estas empresas con los trabajadores que tienen. Hasta aquí nada raro para nuestra sociedad. Lo curioso de todo esto es que en la sociedad de trabajo japonesa se crea una especie de sociedad de castas en la que se diferencia entre trabajador «fijo» de la empresa de un trabajador «haken». En la sociedad japonesa los niveles sociales son muy importantes, uno siempre esta en un escalón superior o inferior a otro de una forma muy diferenciada. Y estas diferencias son las que dictaminan el hablar de una forma u otra a la otra persona o comportarse de forma distinta. El hacer esto aunque pueda parecer raro y muy cuadriculado o incluso antiguo, en ocasiones simplifica las relaciones sociales ya que hay un protocolo que te indica como actuar y no has de decidirlo tu… aunque a veces saberte todos los lenguajes y situaciones de este protocolo sea un berenjenal… pero esto es harina de otro costal y quizá haya otro dorama que nos ayude a entenderlo, nunca se sabe 😉

Dentro de todo este «background», se nos presenta en la serie a una trabajadora «haken» que trabaja mucho mejor que ningún trabajador de plantilla y que no se rebaja a estar por debajo de los trabajadores en plantilla, aunque a veces sea ella misma la que se desmarca de los trabajadores normales pareciendo que ella misma se hace de menos o al menos de lado. Según se desarrolla la historia podremos ir viendo la personalidad de esta enigmática protagonista y las razones de su estrambótica forma de ser.

Como siempre y como comentaba al principio la serie se trata de una exageración y por momentos exageran mucho la diferencia entre trabajador en plantilla y haken. Aún con todo la serie es maravillosa, muy emotiva y divertida. Si queréis divertiros un rato incluso aprender un poquito más de la sociedad japonesa os la recomiendo totalmente.

La serie esta disponible por los internetes con subtítulos en castellano. Os dejo la labor de buscarla a vosotros mismos 😉

Fotos iphoneras de Mayo

Se terminó Mayo, de hecho fue visto y no visto :S El mes de Junio se me presenta mucho más completo de lo que quisiera, pero weno, ocupado es que se avanza, así que a darle duro! Pero bueno hablemos de las fotos que este mes hay muchas. Como siempre (e incluso esta vez más) seré muy escueto, si queréis aclaraciones a los comentarios 🙂

Foto enviada por mi hermana, el bueno de Rayo echandose la siesta 🙂

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