Morriña casera
Hace ya 3 meses que me independicé. Abandoné el hogar paterno. Hasta entonces he estado bastantes veces, bastante tiempo fuera de casa, la más notable el año pasado cuando me fui de erasmus a Milán. No obstante estos tres meses fuera de casa se hacen más extraños. Lo primero de todo es que al principio rompes la rutina y trás por ejemplo salir del trabajo en lugar de ir a tu casa (de tus padres) donde estabas acostumbrado a ir vas a otro sitio. También se te hace raro vivir en una casa que es tuya, y por supuesto echas de menos a tu familia, pero eso ya lo hacía cuando vivía en Italia.
Sin embargo cuando se produce la situación más extraña es cuando por cualquier razón vuelves a tu casa (de tus padres) y es tu casa, pero no es tu casa. Tu habitación esta vacía y ha perdido parte de su personalidad, los suelos no estan llenos de cables de todos los ordenadores. Los cajones están vacíos, el armario sin ropa y la mesa despejada. Esta visión da mucha nostalgia y tristeza.
La independecia es algo que deseaba desde hacía muchísimo tiempo y estoy profundamente feliz y orgulloso de haberlo logrado, no obstante esto no quita que cada vez que vuelva a mi casa (de mis padres) sienta una profunda nostalgia.